viernes, 4 de septiembre de 2009

SOY INFELIZ, PERO TENGO NOVIO

Con tal de no naufragar solitarias en mares inhóspitos que bañan nuestra cabeza nos agarramos del primer palo que encontramos.
El miedo absurdo que le tenemos a la soledad nos lleva a tomar decisiones desastrosas, me atrevo a afirmar que la gran mayoría de mujeres hemos aceptado humillaciones de un hombre por el simple temor de quedar solas.

Ese fenómeno del “mejor sola que mal acompañada”  se nota en ciertas “damas” desesperadas que aceptan a cualquier holgazán es sus vidas para no soportar el silencio de la soledad. “peor es nada” es el lema de las mujeres fracasadas y con poca autoestima, es pensar que no tenemos los atributos necesarios para conquistar a un hombre que sí valga la pena y por ello idealizamos al mequetrefe que tenemos al lado y cada día nos levantamos con la esperanza que cambie. Por ello una relación bajo estas condiciones  suele ser  desequilibrada, ya que la mujer adopta actitud de sumisión, y se subordinan ante las necesidades del compañero emocional.

Estar soltera en un mundo donde tener un “macho” al lado es indispensable sin importar si este nos llena o no es el mito más estúpido que he podido escuchar. Los hombres no son ni deberían ser ficha fundamental en nuestras vidas  o ¿acaso se ha conocido la primera víctima mortal a causa de la ausencia varonil? Entonces, mi pregunta es ¿Por qué preferimos una relación tormentosa en vez de estar solas?

Aunque no puedo negar que una relación sana hace mucho bien lamentablemente no todos los noviazgos son benéficos y en este caso es preferible estar sola, porque, créeme que es mil veces mejor salir a rumbear todos los fines de semana con nuestras amigas que quedarnos encerradas y bien guardaditas para el “maravilloso hombre” al cual llamamos novio mientras que el sale, se emborracha, te mete “cachos” y tu no duermes al lado del teléfono esperando una llamada que jamás te llega y sabes que es lo peor que al día siguiente reclamamos su olvido y por cosas extrañas de la vida termina el bravo, asfixiado y ahogado por tu intensidad y tu pidiendo disculpa por la desconfianza.
Cuando se empieza a rogar migajas de cariño, cuando damos todo en nuestra relación y esta no mejora, cuando siempre terminamos sintiéndonos culpables, es precisamente ahí cuando tenemos que preguntarnos ¿mi pareja si me hace realmente feliz? ¿Cuan constructiva es mi relación para mi vida?, recuerda que es mejor ser una soltera tranquila que decir “tengo novio” y ser una completa infeliz.

1 comentario: