miércoles, 28 de octubre de 2009

NO SOY PUTA, PERO QUISIERA COMERME A MUCHOS VARONES



No soy feminista, pero si debo admitir que odio el machismo; pero saben qué me molesta aún más? Que sigo las reglas que esta sociedad nos ha hecho creer durante años. “Es que no  importa que tu hermano  bese a muchas niñas, al fin y al cabo él es hombre. En cambio si tu andas repartiendo besos a tus amigos serás la bandida del barrio. Mira, a la hija de doña Francia nadie la toma en serio”  Me imagino que a más de una la mamá, que termina siendo más machista que el papá, le repetía en miles de ocasiones que entre tus hermanos hombres y tu había mucha diferencia. Pero lo más triste de todo es que nos creemos toda esa retahíla de pies a cabeza y aunque nos parezca injusto no quebrantamos la regla. Nos quejamos, nos quejamos y nos volvemos a quejar, pero cuando conocemos a una vieja que ha salido con más de tres en el último año, somos las primeras que afirmamos “es que Manuelita Pretelt es una PUTA marica, que capacidad” jejee y saben que es eso la ENVIDIA que nos carcome porque a diferencia de Manuelita nosotras nos vivimos reprimiendo de todo.

Bueno, pero luego sigo con la historia de Manuelita, ahora más bien, les cuento la de Joche, mi mejor amigo, un papacito en todo el sentido de la palabra, empezando porque se tira a una distinta cada fin de semana ¿qué sexy no?, ahí está el secreto de su seducción, ser tan macho, varonil. Un hombre que es una máquina de sexo, que te agarra tan fuerte y sin reparos que te hace caer rendida a sus pies, te besa con tanta pasión que descubres que lo ha aprendido no ha sido en vano, al contrario, gracias a su experiencia y a los otros cuerpos que ha tocado, hoy conoce los tips para dar en el punto preciso...mmm. Te gustó, ¿cierto?. No te rías, estoy segura que te imaginaste enredada con Joche en una noche loca, solo que sabes que entre lo que piensas y lo que haces hay un gran trecho, porque aunque tu cabeza es bien cochina, más allá de todo eso estas llena de “virtudes” que no vas a profanar, porque no eres una CUALQUIERA y a pesar de que un hombre como Joche inspira los más bajos instintos no vas a pasar por encima de tus principios. Ahora mi pregunta es ¿Por qué un hombre como Joche, que es mujeriego, que anda con la que es y no es, es un galán y todas aquellas mujeres que se acuestan con los Joches y no Joches que encuentran en el camino es una completa PERRA?

Cuantas mañanas nos hemos levantado con ganas de hacer lo que nos plazca sin que nos señalen, disfrutar sin comprometer el corazón y vivir bajo el lema del libre albedrio. Creo que en la morada interna de todas las mujeres habita una loba, pero lastimosamente nuestra ama de llaves es la señora ‘principios’ que cada vez que intentamos que la lobita pasee por el parque a juguetear con los lobitos que encuentre, doña ‘principios morales’ le pone doble tranca a la puerta. A la loba solo le queda aullar e imaginarse como sería un día de libertad.

Sin embargo, creo que eso no es lo más triste de todo, lo peor es que cuando por fin intentamos ser como la tan envidiada, admirada y rechazada Manuelita e intentamos no involucrar los sentimientos, escapándonos de doña ‘principios’ y sacando la lobita de adentro…plop… ¿que pasó?..noooooooo, pues si….pasa lo que tanto trataste de evitar…terminas enamorándote o como suelo decir normalmente “montada en la patineta”. Y entonces uno se pregunta pero, ¿Por qué? La idea era no comprometer el corazón. Sabes que pasó, todo es culpa de tu madre (mamita no te preocupes a ti te va a llegar un hombre espectacular, que te va a amar sobre todas las cosas y serán felices para siempre), a eso súmale los cuentos de hadas que todas las noches te leía (Erase una vez una hermosa princesita, que pensó que jamás encontraría el amor, pero su príncipe azul estaba más cerca de lo que ella imagino…y vivieron felices para siempre... ) y para rematar, las novelas mexicanas que solíamos ver en los horarios de la tarde donde la niña pobre, sufrida y traumatizada se enamoraba del niño rico, fiel y hermoso, lo peor es que ese hombre tan “perfecto” se enamoraba locamente de la desgraciadita…todas estas historias fantásticas se parquearon de por vida en cualquier esquina de tu inconsciente y por alguna razón cósmica salen a flote cada vez que conoces a un nuevo hombre y vuelves al principio quieres pasarla rico pero definitivamente no puedes y es mejor que no lo hagas porque por buscar placer terminas muy mal parada.

Por eso quiero darle mis más sinceras felicitaciones a Manuelita, porque salir arbitrariamente de lo que la sociedad estipula no es tarea fácil. Actuar como nos de la gana sin importar que nos juzguen, es saber ser felices bajo nuestras propias reglas. Por eso para todas las malabaristas mis palabras de admiración porque jugar con fuego y no quemarse es solo para profesionales.

viernes, 16 de octubre de 2009

LOS HOMBRES SON...





Como el café... los mejores son ricos, calientes, con cuerpo y te mantienen despierta
toda la noche.

Como el chocolate...dulces, suaves... y generalmente se van directo a tus caderas.

Como las batidoras...crees necesitar uno pero no sabes realmente para qué.

Como las hieleras... llénalos de cerveza y te los podrás llevar donde tú quieras.

Como las copiadoras...sólo sirven para reproducir.
Como las pinzas para el pelo...siempre están calientes y enredados en tu cabello.

Como los zapatos de tacón...una vez que te acostumbras a la medida son fáciles de pisar.

Como los horóscopos...siempre te dicen qué debes hacer y generalmente están equivocados.

Como el rimel...se corren a la primer lágrima.

Como las minifaldas...si no tienes cuidado se te suben por las piernas.


Como los lugares para estacionarse... los buenos ya están ocupados y los que quedan, o son minusválidos o son demasiado pequeños.

Como el clima...nada se puede hacer para cambiarlos.

Como palomitas...te satisfacen pero sólo por un ratito.

Como tormentas de nieve... nunca sabes cuándo se viene, cuántos centímetros tendrá y cuánto puede durar.

Como carros usados... fáciles de obtener, baratos y nada confiables.

Como vacaciones..nunca son lo suficientemente largos.